Osteosarcoma

Llamamos Osteosarcoma, a aquella enfermedad tumoral procedente de las células del tejido óseo. Este tejido deriva del Mesodermo, que es la parte del embrión que va a transformarse, durante su desarrollo, en determinados tejidos como los músculos, cartílagos, articulaciones, huesos, tejidos conectivos (por ejemplo los tendones), vasos sanguíneos y linfáticos y tejidos grasos.

 

Los huesos están compuestos de varios tipos de tejidos: el óseo, propiamente dicho, y otros, como el colágeno, fibroso, vascular etc.. En el tejido óseo se identifican tres tipos diferentes de células: osteocitos, osteoblastos y osteoclastos. Cada una de ellas tiene una función que se complementa con la de las demás en un constante equilibrio.

 

 

 

Un tumor puede aparecer en cualquier parte de un hueso. Hay una gran variedad de tumores benignos óseos, cuya característica principal es que no invaden o infiltran los tejidos de alrededor del hueso. En el hueso también pueden aparecer tumores malignos, que tienen la capacidad de invadir tejidos y dar metástasis a distancia.

El Osteosarcoma es uno de los tipos de tumores óseos que destruye el tejido óseo normal y lo debilita. Se origina en las células óseas más inmaduras que son las que generan hueso nuevo (los osteoblastos).

 

Hay dos tipos, el medular y el periférico.

Dentro de cada uno de estos tipos hay una serie de subtipos histológicos según el aspecto de las células y su entorno al microscopio:

 

 

Nombre Tejido del que derivan

 

Osteosarcoma Medular    Osteosarcoma Periférico
Convencional Yuxtacortical bien diferenciado
Telangiectásico
Periostal de bajo grado
Bien diferenciado Periostal de grado intermedio
De células pequeñas
Superficial de alto grado

 

El más frecuente es el osteosarcoma convencional central, suponiendo casi el 95% de todos los osteosarcomas.

 

Osteosarcoma e histiocitoma fibroso maligno óseo localizados

El tratamiento puede incluir los siguientes procedimientos:

  • Cirugía, seguida de quimioterapia adyuvante o radioterapia. La mayoría de los pacientes también reciben quimioterapia antes de la cirugía.
  • Radioterapia, cuando no se puede extirpar completamente el tumor con la cirugía.


Osteosarcoma e histiocitoma fibroso maligno óseo metastásicos

Metástasis de pulmón

 

Cuando el osteosarcoma o el histiocitoma fibroso maligno (HFM) se diseminan, habitualmente se diseminan hasta el pulmón. El tratamiento del osteosarcoma y el HFM con metástasis de pulmón generalmente es quimioterapia seguida de cirugía para extirpar el cáncer que se diseminó hasta el pulmón.


Metástasis ósea o hueso con metástasis de pulmón


El osteosarcoma y el histiocitoma fibroso maligno se pueden diseminar hasta el hueso o el pulmón. El tratamiento puede incluir los siguientes procedimientos:

  • Quimioterapia seguida de cirugía para extirpar el cáncer, seguida de quimioterapia de combinación.
  • Cirugía para extirpar el tumor primario, seguida de quimioterapia y cirugía para extirpar el cáncer que se diseminó hasta otras partes del cuerpo.


Osteosarcoma e histiocitoma fibroso maligno óseo recidivantes


El tratamiento del osteosarcoma y el histiocitoma fibroso maligno óseo recidivantes puede incluir los siguientes procedimientos:

  • Cirugía para extirpar el tumor, con quimioterapia o sin ella.
  • Samario, con trasplante de células madre o sin este, donde se usan las células madre del paciente mismo, como tratamiento paliativo para aliviar el dolor y mejorar la calidad de vida.


 

Cirugía

 

Siempre que sea posible, se puede realizar una cirugía para extirpar todo el tumor. Se puede administrar primero quimioterapia para reducir el tamaño del tumor, de modo que se pueda extraer menos tejido y hueso. Esto se llama quimioterapia neoadyuvante.

Se pueden realizar los siguientes tipos de cirugía:

  • Escisión local amplia: cirugía para extirpar el tumor y parte del tejido sano alrededor del mismo.
  • Cirugía para preservar el miembro: extirpación del tumor de un miembro (brazo o pierna) sin amputación, de modo de salvar la función y la apariencia del miembro. La mayoría de los pacientes de osteosarcoma en un miembro se pueden tratar con cirugía para preservar el miembro. Se extirpa el tumor mediante una escisión local amplia. Después, el tejido y hueso extirpados se pueden reemplazar con un injerto usando tejido y hueso tomado de otra parte del cuerpo del paciente, o se puede realizar un implante como el de hueso artificial. Si se encuentra una fractura en el momento del diagnóstico o durante la quimioterapia previa a la cirugía, aún puede ser posible en algunos realizar una cirugía para preservar el miembro. Si el cirujano no puede extirpar todo el tumor y suficiente tejido sano alrededor del mismo, se puede llevar a cabo una amputación.
  • Amputación: cirugía para extirpar una parte de un brazo o una pierna, o todo el miembro. Esto se puede llevar a cabo si no es posible extirpar todo el tumor mediante una cirugía para preservar el miembro. Después de la amputación, se puede colocar al paciente una prótesis (miembro artificial).
  • Plastía de rotación: cirugía para extirpar el tumor y la articulación de la rodilla. La parte de la pierna que queda debajo de la rodilla se une luego con la parte de la pierna que queda encima de la rodilla, con el pie mirando hacia atrás y el tobillo funcionando como una rodilla. A continuación, se puede agregar una prótesis al pie.


Hay estudios que demostraron que la supervivencia es la misma cuando la primera cirugía que se realiza es una cirugía para preservar el miembro o una amputación.


Incluso si el médico extirpa todo el cáncer que se puede observar en el momento de la cirugía, se administra quimioterapia o radioterapia a algunos pacientes después de la cirugía para destruir cualquier célula cancerosa que haya quedado. El tratamiento administrado después de la cirugía para disminuir el riesgo de que el cáncer vuelva se llama terapia adyuvante.
 

 

Quimioterapia

La quimioterapia es un tratamiento del cáncer para el que se utilizan medicamentos para detener el crecimiento de las células cancerosas, ya sea mediante su destrucción o impidiendo su multiplicación. Cuando la quimioterapia se toma por boca o se inyecta en una vena o músculo, los medicamentos ingresan en el torrente sanguíneo y pueden llegar hasta las células cancerosas de todo el cuerpo (quimioterapia sistémica). Cuando la quimioterapia se coloca directamente en la columna vertebral, un órgano o una cavidad corporal como el abdomen, los medicamentos afectan principalmente las células cancerosas de esas áreas (quimioterapia regional). La quimioterapia de combinación es el uso de más de un medicamento anticanceroso. La forma de administración de la quimioterapia depende del tipo y el estadio del cáncer que se esté tratando.
 

 

 

Radioterapia

 

La radioterapia es un tratamiento del cáncer para el que se usan rayos X de alta energía u otros tipos de radiación para destruir células cancerosas o impedir que crezcan. Hay dos tipos de radioterapia. Para la radioterapia externa se usa una máquina afuera del cuerpo que envía la radiación hacia el cáncer. Para la radioterapia interna se utiliza una sustancia radioactiva sellada en agujas, semillas, cables o catéteres, que se coloca directamente en el cáncer o cerca del mismo. La forma de administración de la radioterapia depende del tipo y del estadio del cáncer que está siendo tratado.


Las células del osteosarcoma y el HFM no se pueden destruir fácilmente mediante radioterapia. Esta se puede usar cuando queda una pequeña cantidad de cáncer después de la cirugía o se puede administrar con otros tratamientos.

 

 

Tratamiento

 

El tratamiento de un Osteosarcoma debe de establecerse con la colaboración de los diferentes especialistas que pueden participar en él: cirujanos (traumatólogos), oncólogos médicos, etc.. Es decir, el abordaje terapéutico debe ser “multidisciplinario”, considerando las particularidades de cada paciente, desde todos lo puntos de vista.

En líneas generales se puede considerar que en los tumores de bajo grado histológico (estadios IA y IB) el tratamiento local, el quirúrgico, es el más importante. En el caso de tumores de alto grado histológico, aunque estén localizados (Estadios IIA y IIB e incluso III) la quimioterapia tiene una enorme importancia en el planteamiento terapéutico, integrándola con la cirugía. Se suele realizar inicialmente un tratamiento quimioterápico (neoadyuvante) para reducir masa tumoral, posteriormente proceder a la cirugía y finalmente completar el tratamiento con quimioterapia adyuvante.

En los estadios más avanzados el tratamiento sistémico (quimioterapia) es la base del tratamiento.

La cirugía debe de extirpar el tumor completamente, así como a las zonas de tejido normal que lo rodean. Se ha avanzado muchísimo en los últimos años en el desarrollo de técnicas quirúrgicas que permiten conservar el miembro afectado (alrededor del 70-80% de los pacientes). Sin embargo hay ocasiones en que es necesaria una amputación.

En la quimioterapia se utilizan diversos fármacos antineoplásicos en combinación, administrados en forma de ciclos. Los fármacos más utilizados son el Methotrexate, Ifosfamida, Ciclofosfamida, Adriamicina, Cisplatino y Vepesid.

En el caso de que existan metástasis pulmonares también se sabe que la resección de las mismas, cuando es posible, proporciona un beneficio importante en el control de la enfermedad y en la supervivencia.

 

 

Planificación del tratamiento con RT:
 
Antes de empezar con el tratamiento propiamente dicho, es preciso realizar una planificación o simulación del mismo. Su finalidad es determinar una serie de parámetros que variarán dependiendo del tipo, de la localización y de la extensión del tumor, así como de las características anatómicas de cada enfermo.

Durante todo el tratamiento, el paciente ha de permanecer inmóvil y mantener la misma postura. Es frecuente, que próximo a la zona del tumor se encuentren determinadas estructuras importantes como la medula espinal, las glándulas parótidas, la cavidad oral, la orofaringe, la traquea, el esófago, entre otros. Para administrar la radiación con una precisión elevada y evitar que los tejidos sanos que rodean al tumor reciban más dosis de la tolerada, se utilizan sistemas de inmovilización muy precisos para que  permitan la administración de la radiación con gran exactitud.

Habitualmente, para realizar el cálculo de la dosis que va a recibir tanto el tumor como los tejidos sanos de alrededor del mismo, es necesario realizar una tomografía de localización, cuyas imágenes se introducen en la computadora, donde se determina el volumen de tratamiento.

Antes de la realización de la tomografía se determina el sistema de inmovilización más adecuado para cada paciente según la técnica que se vaya a aplicar. Los más empleados son una máscara de material termoplástico que se adapta al contorno del paciente.

Una vez realizada la planificación, estos sistemas de fijación permiten su reproducción diaria en la sala de tratamiento.
 

¿Dónde se realiza el tratamiento con radioterapia?
 
Las habitaciones donde se realizan los tratamientos de radioterapia externa se llaman salas de radioterapia o búnkeres. Estas habitaciones poseen paredes de hormigón con un gran espesor que proporcionan un aislamiento perfecto impidiendo que la radiación salga fuera de ellas.
 
Mientras dura la sesión de tratamiento el paciente estará solo en el interior de la sala, pero vigilado por el personal especializado a través de un circuito de televisión y un interfono.
 

 

¿Por qué es necesario acudir todos los días?

     Si se administrara toda la dosis de radiación en una única sesión se producirían daños muy serios en los tejidos. Para minimizar estos efectos secundarios, la dosis total de radiación se fracciona, repartiéndose en un número determinado de sesiones y días.

El fraccionamiento estándar consiste en administrar una sesión al día durante cinco días a la semana descansando dos, generalmente sábados y domingos. Para su administración no es necesario estar ingresado, puede acudir al hospital para el tratamiento y una vez finalizado volver a su casa.

 

 

¿Cuánto dura el tratamiento?
 
El tratamiento de radioterapia suele durar entre dos y siete semanas, dependiendo de la dosis que se administre y del número total de sesiones.

Diariamente, cada sesión dura sólo unos minutos (quince aproximadamente). El tiempo real de irradiación dura unos segundos.

Una vez finalizado el tratamiento diario, puede estar en contacto con otras personas, ya que no emite ningún tipo de radiactividad. Sus relaciones sociales, laborales y familiares no tienen por qué verse afectadas mientras dure el tratamiento.
 

Efectos secundarios:

La radioterapia, al mismo tiempo que elimina células enfermas, puede afectar a los tejidos sanos cercanos al área de tratamiento y como consecuencia aparecen efectos secundarios en la zona que ha recibido el tratamiento.

Estos efectos son difíciles de prever con exactitud, ya que dependen de múltiples factores como la zona del organismo donde se realiza el tratamiento, la dosis, el fraccionamiento y la susceptibilidad individual de cada persona. En algunos casos se producen efectos mínimos, mientras que en otros son más serios y es necesario administrar tratamiento médico para su control.
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