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E

Esófago (Cáncer)

Cáncer que se forma en los tejidos que revisten el esófago (el tubo muscular a través del cual pasan los alimentos desde la garganta hasta el estómago). Dos tipos de cáncer de esófago son el carcinoma de células escamosas (cáncer que comienza en las células planas que recubren el esófago) y el adenocarcinoma (cáncer que comienza en las células que producen y liberan moco y otros líquidos).

La mayoría de los cánceres de esófago ocurren en su tercio inferior y en la zona de unión con el estómago (unión gastro-esofágica). En esta localización la variedad histológica es la de Adenocarcinoma. Menos frecuentemente aparece en las porciones altas del conducto siendo la variedad histológica el carcinoma epidermoide o escamoso.

Las formas más comunes de cáncer de esófago reciben nombres que dependen del tipo de célula del que se derivan:
 
La mucosa del esófago está formada por células planas llamadas escamosas, por lo que el tumor derivado de ellas se denominará carcinoma escamoso o epidermoide (estas células recuerdan a las de la piel o epidermis). Es el tipo de cáncer más frecuente en esta localización, especialmente en el esófago proximal (tercio superior) y medio.
 

 

 


En el esófago de Barrett la mucosa se cambia por otra de tipo glandular o adenoide por lo que el tumor derivado de dichas células se denomina adenocarcinoma. Ocurre casi siempre en el tercio inferior del esófago, y siempre es necesario que exista previamente esa alteración de la mucosa.
 
Aunque más raramente, la pared esofágica puede ser asiento de tumores no epiteliales (carcinomas).
Uno de los tumores más frecuentes de este grupo es el que procede del estroma (GIST), que tiene un comportamiento variable (potencialmente maligno). Este tipo de tumores no entran en la definición de cáncer de esófago. Su pronóstico y tratamiento son completamente diferentes

Para poder determinar el tratamiento más adecuado para el cáncer de esófago, es importante clasificar el tumor, es decir, determinar en qué fase se encuentra.

 

El sistema que con mayor frecuencia se emplea para su clasificación es el TNM. Estas siglas hacen referencia a tres aspectos del cáncer:

 

La T se refiere al nivel de extensión o penetración del tumor primario en las paredes del esófago:

  • Tis: es el tumor “in situ”, confinado a la mucosa.
  • T1: tumor que invade la llamada lámina propia (T1a) o la submucosa (T1b).
  • T2: Tumor que invade la muscularis propia
  • T3: tumor que invade la adventicia
  • T4: Tumor que invade estructuras adyacentes.

La N se refiere a la presencia o no de afectación de los ganglios linfáticos regionales o más próximos a la zona donde se origina el tumor.

  • N0 significa ausencia de afectación ganglionar
  • N1 significa la presencia de afectación tumoral en algún ganglio linfático regional

La M se refiere a la presencia confirmada de metástasis a distancia:

  • M0 es ausencia de metástasis
  • M1 es presencia de metástasis a distancia.

 

 

 Elección del tratamiento

 

Una vez que se ha confirmado el diagnóstico de cáncer de esófago y se han realizado las pruebas necesarias para conocer en qué fase está la enfermedad, se debe determinar cuál es el tratamiento más adecuado para curar la enfermedad. El especialista le recomendará y explicará las posibilidades de tratamiento más adecuadas en su caso, para que una vez que haya recibido la suficiente información pueda, junto con su médico tomar una decisión.

El tratamiento del cáncer de esófago, como ocurre en la mayoría de los tumores, es un tratamiento multidisciplinar. Distintas especialidades trabajan juntas para combinar terapias y ofrecer al paciente las mayores posibilidades de curación.

En el tratamiento del cáncer de esófago se sigue un protocolo, es decir, un conjunto de normas y pautas (plan de tratamiento) que se establecen, basándose en la experiencia científica, para el tratamiento de dicho tumor.

 

Estos protocolos, que se emplean de forma generalizada en todos los hospitales, recogen las indicaciones o limitaciones de tratamiento en función de una serie de factores:

  • Fase en la que se encuentra la enfermedad (TNM).
  • La localización del cáncer: el tratamiento puede variar dependiendo de si la enfermedad está localizada en el tercio superior, medio o inferior.

El médico también tendrá en cuenta, si además del cáncer de esófago, existen otras enfermedades importantes (enfermedades concomitantes, como cardiopatía isquémica, hipertensión, arteriosclerosis, edad etc..) que puedan dificultar la realización de algún tratamiento específico.


Por tanto el tratamiento propuesto por el especialista no va a ser el mismo en todos los pacientes, sino que se tiene que adaptar a las condiciones particulares de cada persona con esta enfermedad.

Los tratamientos más frecuentemente empleados en el cáncer de esófago son, fundamentalmente, la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia.

 

 

Estadio 0 (carcinoma in situ)

 

El tratamiento habitual del estadio 0 es la cirugía.

Cáncer del esófago en estadio I

 

El tratamiento del cáncer de esófago en estadio I puede incluir los siguientes procedimientos:

  • Cirugía.


Cáncer del esófago en estadio II

 

El tratamiento del cáncer de esófago en estadio II puede incluir los siguientes procedimientos:

  • Cirugía.
  • Quimiorradiación (tratamiento que combina quimioterapia con radioterapia).


Cáncer del esófago en estadio III

 

El tratamiento del cáncer de esófago en estadio III puede incluir los siguientes procedimientos:

  • Cirugía.
  • Quimiorradiación (tratamiento que combina quimioterapia con radioterapia).


Cáncer del esófago en estadio IV

 

El tratamiento del cáncer de esófago en estadio IV puede incluir los siguientes procedimientos:

  • Colocación de una cánula esofágica como terapia paliativa para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
  • Radioterapia externa o radioterapia interna, como tratamiento paliativa para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
  • Cirugía láser o electrocoagulación, como tratamiento paliativo para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
  • Quimioterapia.

 

Opciones de tratamiento para el cáncer de esófago recidivante

 

El tratamiento del cáncer de esófago recidivante puede incluir los siguientes procedimientos:

  • Utilización de cualquier tratamiento estándar, como tratamiento paliativo para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.

 

 Cirugía

 

El tipo de cirugía que se puede aplicar en el cáncer de esófago, varía en función del tamaño, de la localización y de la extensión de la enfermedad a ganglios y/o órganos vecinos.

 

La técnica más frecuente es la extirpación de parte o de la totalidad del esófago. Esta intervención se denomina esofagectomía.

El cirujano extirpa la zona del esófago en la que se encuentra el tumor con una porción de esófago sano a ambos lados. Posteriormente, se conectan la parte sana del esófago con el estómago para que el paciente pueda tragar. En ocasiones, si la zona que ha extirpado el cirujano es muy amplia y no se puede unir los extremos del esófago y el estómago, se utiliza una zona del colon como prótesis para posibilitar la unión entre ambos.

 

 

Quimioterapia

 

 En el cáncer de esófago cuando el tumor no se puede operar, la quimioterapia se aplica generalmente asociada a la radioterapia para potenciar el efecto de esta última sobre el tumor y lograr así su desaparición. Al administrar ambos tratamientos conjuntamente, es frecuente que aumenten los efectos secundarios.

 

En ocasiones puede administrarse antes de la cirugía para disminuir el tamaño del tumor y facilitar así su extracción ( se le llama tratamiento neoadyuvante).


Si el tumor está diseminado, la quimioterapia se utiliza como tratamiento único y su objetivo, fundamental, es disminuir los síntomas derivados del tumor y mejorar la calidad de vida del paciente.

 

Radioterapia Esófago

 

 La radioterapia es el empleo de radiaciones ionizantes para el tratamiento, local o locorregional, de determinados tumores que emplea rayos X con altas dosis de irradiación.

Su objetivo es destruir las células tumorales causando el menor daño posible a los tejidos sanos que rodean dicho tumor.


En la mayoría de los tumores de esófago, la radioterapia que se aplica es externa. Para ello se emplean máquinas de gran tamaño (aceleradores lineales) que, en ningún momento contactan con el enfermo. En ocasiones, la radioterapia puede ser interna. En estos casos se coloca un material radiactivo (isótopo) en forma de dispositivo metálico en contacto con el tumor.

La radioterapia se puede emplear como tratamiento único o en combinación. Se puede administrar antes de la intervención para disminuir su tamaño y facilitar la cirugía (tratamiento neoadyuvante), o después de la misma, para "limpiar" la zona de la cirugía de las posibles células tumorales que hayan podido quedar (tratamiento adyuvante).

 

Asimismo, se puede administrar con la quimioterapia para potenciar sus efectos (quimioirradiación).

El tratamiento con radioterapia siempre es individualizado, es decir, cada enfermo tendrá su tratamiento específico y distinto al de otro paciente.

Según la finalidad con que se emplee, la radioterapia puede ser curativa o paliativa para aliviar síntomas provocados por el cáncer de esófago tales como dolor, o dificultad para tragar.

 

 

Planificación del tratamiento con RT:
 
Antes de empezar con el tratamiento propiamente dicho, es preciso realizar una planificación o simulación del mismo. Su finalidad es determinar una serie de parámetros que variarán dependiendo del tipo, de la localización y de la extensión del tumor, así como de las características anatómicas de cada enfermo.

Durante todo el tratamiento, el paciente ha de permanecer inmóvil y mantener la misma postura. Es frecuente, que próximo a la zona del tumor se encuentren determinadas estructuras importantes como los pulmones, el corazón, la medula espinal, hígado, estomago, entre otros. Para administrar la radiación con una precisión elevada y evitar que los tejidos sanos que rodean al tumor reciban más dosis de la tolerada, se utilizan sistemas de inmovilización muy precisos para que  permitan la administración de la radiación con gran exactitud.

Habitualmente, para realizar el cálculo de la dosis que va a recibir tanto el tumor como los tejidos sanos de alrededor del mismo, es necesario realizar una tomografía de localización, cuyas imágenes se introducen en la computadora, donde se determina el volumen de tratamiento.

Antes de la realización de la tomografía se determina el sistema de inmovilización más adecuado para cada paciente según la técnica que se vaya a aplicar. Los más empleados son una máscara de material termoplástico que se adapta al contorno del paciente.

Una vez realizada la planificación, estos sistemas de fijación permiten su reproducción diaria en la sala de tratamiento.
 

¿Dónde se realiza el tratamiento con radioterapia?
 
Las habitaciones donde se realizan los tratamientos de radioterapia externa se llaman salas de radioterapia o búnkeres. Estas habitaciones poseen paredes de hormigón con un gran espesor que proporcionan un aislamiento perfecto impidiendo que la radiación salga fuera de ellas.
 
Mientras dura la sesión de tratamiento el paciente estará solo en el interior de la sala, pero vigilado por el personal especializado a través de un circuito de televisión y un interfono.
 

¿Por qué es necesario acudir todos los días?

Si se administrara toda la dosis de radiación en una única sesión se producirían daños muy serios en los tejidos. Para minimizar estos efectos secundarios, la dosis total de radiación se fracciona, repartiéndose en un número determinado de sesiones y días.

El fraccionamiento estándar consiste en administrar una sesión al día durante cinco días a la semana descansando dos, generalmente sábados y domingos. Para su administración no es necesario estar ingresado, puede acudir al hospital para el tratamiento y una vez finalizado volver a su casa.

¿Cuánto dura el tratamiento?
 
El tratamiento de radioterapia suele durar entre dos y siete semanas, dependiendo de la dosis que se administre y del número total de sesiones.

Diariamente, cada sesión dura sólo unos minutos (quince aproximadamente). El tiempo real de irradiación dura unos segundos.

Una vez finalizado el tratamiento diario, puede estar en contacto con otras personas, ya que no emite ningún tipo de radiactividad. Sus relaciones sociales, laborales y familiares no tienen por qué verse afectadas mientras dure el tratamiento.
 

 

 

Radioterapia Interna

 

Esta modalidad de radioterapia en el cáncer de esófago, generalmente, se administra para mejorar la disfagia (dificultad para tragar), ya que es muy eficaz y posee pocos efectos secundarios.

 

Ésta se administra colocando un material radiactivo en el esófago, muy próximo al tumor, con el objetivo de administrar altas dosis de radiación a cortas distancias, de tal forma, que llega muy poca dosis a los tejidos sanos.

¿Cómo se coloca el material?


En una sonda o catéter (tubo fino y flexible) se introduce el material radiactivo. Para situarlo próximo al tumor es necesario realizar una endoscopia, que permita determinar la situación exacta del mismo. Generalmente, se emplean materiales que producen tasas de energía altas, por lo que sólo son necesarios pocos minutos para administrar la dosis, y no se hace necesario el ingreso para su aplicación. Mientras se administra es necesario que permanezca en una habitación, con paredes plomadas, preparada especialmente para tal fin.

Estará controlado, en todo momento, a través de un monitor de televisión por el personal sanitario responsable de su tratamiento.

 

Una vez extraído el material, podrá hacer su vida normal y en ningún caso se puede considerar que emita radiación, por lo que su vida familiar, social o laboral no tiene por qué cambiar.

 

 

Efectos secundarios:

La radioterapia, al mismo tiempo que elimina células enfermas, puede afectar a los tejidos sanos cercanos al área de tratamiento y como consecuencia aparecen efectos secundarios en la zona que ha recibido el tratamiento.

Estos efectos son difíciles de prever con exactitud, ya que dependen de múltiples factores como la zona del organismo donde se realiza el tratamiento, la dosis, el fraccionamiento y la susceptibilidad individual de cada persona. En algunos casos se producen efectos mínimos, mientras que en otros son más serios y es necesario administrar tratamiento médico para su control..

 

 

Radioterapia interna

 

Es una técnica de tratamiento que consiste en introducir en el interior del organismo isótopos radiactivos. Se pueden implantar de forma temporal o permanente en la zona a tratar.
Con la radioterapia interna se logra administrar altas dosis de radiación a cortas distancias, de tal forma, que llega muy poca dosis a los tejidos sanos circundantes al implante.
 

 

¿Es necesario permanecer aislado?

 

En ocasiones, mientras tenga colocados los implantes es necesario que permanezca en una habitación, preparada especialmente para tal fin.

El paciente estará controlado, en todo momento, a través de un monitor de televisión por el personal sanitario responsable de su cuidado.
 ¿Cuánto dura el tratamiento? La duración del tratamiento dependerá en gran medida del tipo de isótopo que se haya empleado en el implante y de la cantidad de dosis que se quiera administrar en la zona del tumor, pero generalmente oscila entre minutos y días.

 

 

¿Cómo se coloca el material?

 En una sonda o catéter (tubo fino y flexible) se introduce el material radiactivo. Para situarlo próximo al tumor es necesario realizar una endoscopia, que permita determinar la situación exacta del mismo. Generalmente, se emplean materiales que producen tasas de energía altas, por lo que sólo son necesarios pocos minutos para administrar la dosis, y no se hace necesario el ingreso para su aplicación. Mientras se administra es necesario que permanezca en una habitación, con paredes plomadas, preparada especialmente para tal fin.
 
Estará controlado, en todo momento, a través de un monitor de televisión por el personal sanitario responsable de su tratamiento.

Una vez extraído el material, podrá hacer su vida normal y en ningún caso se puede considerar que emita radiación, por lo que su vida familiar, social o laboral no tiene por qué cambiar.
 

 


 


 

 

 


Estómago (Cáncer)

Cáncer que se forma en los tejidos que revisten el estómago. También se llama cáncer gástrico.

La mayor parte de los tumores malignos del estómago (el 95%) derivan de las glándulas situadas en la mucosa gástrica, por lo que reciben el nombre de adenocarcinoma.
 
Un 50% de las veces este tumor se localiza próximo al esfínter pilórico y en un 20% aparecen en la curvatura menor.


 
Existen otros tumores como son los linfomas, cuya localización más frecuente dentro del tubo digestivo es el estómago, los sarcomas que se originan en la capa muscular del estómago y los tumores carcinoides. Estos últimos son mucho menos frecuentes, por lo que no van a ser considerados en este apartado.


 
Recientemente se han identificado un grupo de tumores del estroma parietal gástrico  (GIST), cuyo pronóstico depende de distintos factores (tamaño, tipo de células…). Estos tumores son también muy infrecuentes.


Para poder determinar el tratamiento más adecuado para el cáncer gástrico, es importante clasificar el tumor, es decir, determinar en qué fase se encuentra.
 
El sistema que con mayor frecuencia se emplea para su clasificación es el TNM. Estas siglas hacen referencia a tres aspectos del cáncer: la T se refiere al tamaño del mismo, la N a la afectación de los ganglios linfáticos y la M a la afectación o no de otros órganos.
 
En función de estos aspectos, el cáncer de estómago se agrupa en las siguientes etapas o estadios:
 
Estadio 0 o carcinoma in situ: también conocido como carcinoma de extensión superficial. Es la fase más temprana del cáncer de estómago. Las células tumorales se encuentran situadas en la parte más superficial de la mucosa y en ningún caso la traspasan. No afecta a ganglios linfáticos. 


Estadio I: el tumor afecta a toda la pared del estómago sin traspasar la serosa. En esta etapa el cáncer puede haber afectado a los ganglios linfáticos más próximos al tumor.

Estadio II: el tumor ha infiltrado la serosa sin invadir los órganos de alrededor y/o afecta a ganglios más alejados.

Estadio III: el cáncer ha invadido a los órganos más próximos y afecta a los ganglios más alejados del tumor.

Estadio IV: el cáncer se ha diseminado afectando a órganos alejados del estómago como el pulmón y/o hígado y/o huesos.


 

Elección del Tratamiento

 

Una vez que se ha confirmado el diagnóstico de cáncer de estómago y se han realizado las pruebas necesarias para conocer en qué fase está la enfermedad, se debe determinar cuál es el tratamiento más adecuado para curarla. El especialista le recomendará y explicará las posibilidades de tratamiento más adecuadas en su caso, para que una vez que haya recibido la suficiente información pueda, junto con su médico, tomar una decisión.

El tratamiento del cáncer de estómago, como ocurre en la mayoría de los tumores, es un tratamiento multidisciplinar. Distintas especialidades trabajan juntas para combinar terapias y ofrecer al paciente las mayores posibilidades de curación.

En el tratamiento del cáncer de estómago se sigue un protocolo, es decir un conjunto de normas y pautas (plan de tratamiento) que se establecen, basándose en la experiencia científica para el tratamiento de dicho tumor.

Estos protocolos que se emplean de forma generalizada en todos los hospitales, recogen las indicaciones o limitaciones de tratamiento en función de una serie de factores:

  • Fase en la que se encuentra la enfermedad (TNM)
  • El tipo de célula que forma el tumor
  • Edad del paciente


El médico también tendrá en cuenta, si además del cáncer de estómago, existen otras enfermedades importantes que puedan dificultar la realización de algún tratamiento específico.


El tratamiento propuesto por el especialista no va a ser el mismo en todos los pacientes.

Los tratamientos más frecuentemente empleados en el cáncer de estómago son la cirugía, la radioterapia y la quimioterapia, aunque estos dos últimos poseen un papel menos relevante en el cáncer gástrico.

Estadio 0 (carcinoma in situ)
El tratamiento habitual del estadio 0 es la cirugía (gastrectomía total o subtotal).

 

Cáncer del estómago en estadio I

 

El tratamiento del cáncer de estómago en estadio I puede incluir los siguientes procedimientos:

  • Cirugía (gastrectomía total o subtotal).
  • Cirugía (gastrectomía total o subtotal) seguida de quimiorradiación.

 

Cáncer del estómago en estadio II

 

El tratamiento del cáncer de estómago en estadio II puede incluir los siguientes procedimientos:

  • Cirugía (gastrectomía total o subtotal).
  • Cirugía (gastrectomía total o subtotal) seguida de quimiorradiación.
  • Quimioterapia administrada antes y después de la cirugía.
     

Cáncer del estómago en estadio III

 

El tratamiento del cáncer de estómago en estadio III puede incluir los siguientes procedimientos:
 

  • Cirugía (gastrectomía total).
  • Cirugía seguida de quimiorradiación. 
  • Quimioterapia administrada antes y después de la cirugía.



Cáncer del estómago en estadio IV

 

El tratamiento del cáncer de estómago en estadio IV que no se diseminó hasta órganos distantes puede incluir los siguientes procedimientos:

 

  • Cirugía (gastrectomía total).
  • Cirugía seguida de quimiorradiación. 
  • Quimioterapia administrada antes y después de la cirugía.

     


 

El tratamiento del cáncer de estómago en estadio IV que se diseminó hasta órganos distantes puede incluir los siguientes procedimientos:
 

  • Quimioterapia como terapia paliativa para aliviar síntomas y mejorar la calidad de vida.
  • Terapia láser endoluminal o colocación de una cánula endoluminal para aliviar un bloqueo en el estómago.
  • Radioterapia como terapia paliativa para interrumpir hemorragias, aliviar el dolor o disminuir el tamaño de un tumor que bloquea el estómago.
  • Cirugía como terapia paliativa para interrumpir hemorragias o disminuir el tamaño de un tumor que bloquea el estómago.

 

Opciones de tratamiento para el cáncer de estómago recidivante


El tratamiento del cáncer de estómago recidivante puede incluir los siguientes procedimientos:

  • Quimioterapia como terapia paliativa para aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
  • Terapia láser endoluminal o colocación de una cánula endoluminal para aliviar un bloqueo en el estómago.
  • Radioterapia como terapia paliativa para interrumpir hemorragias, aliviar el dolor o disminuir el tamaño de un tumor que bloquea el estómago.
  • Cirugía como terapia paliativa para detener el sangrado o reducir el tamaño de un tumor que bloquea el estómago.
     

 

Cirugía

 

La cirugía suele ser el tratamiento más importante y el primero en llevarse a cabo, en la mayoría de los tumores gástricos. Con frecuencia, no es necesario complementar la cirugía con otro tratamiento para que remita la enfermedad.

 

El tipo de cirugía que se puede aplicar en el cáncer de estómago, varía en función del tamaño, de la localización y de la extensión de la enfermedad a ganglios y/o órganos vecinos.

La cirugía a nivel del estómago es una intervención quirúrgica mayor, por lo que es necesario un ingreso hospitalario durante un tiempo que puede variar de un enfermo a otro. Lo más habitual es que oscile entre una y dos semanas. Asimismo, es necesario anestesia que siempre será de tipo general.
 

La técnica más frecuente es la extirpación de parte o de la totalidad del estómago. Si el tumor afecta a una pequeña zona, en muchas ocasiones, es posible extraer todo el tumor extirpando, únicamente, una parte del estómago. Esta intervención se denomina gastrectomía parcial.


Si el tumor afecta a una zona más amplia del estómago, generalmente, es necesario extirparlo en su totalidad, gastrectomía total, para poder extraer por completo el tumor, con un margen adecuado de seguridad.


En ambas intervenciones la incisión (herida quirúrgica) se realiza en la parte anterior del abdomen, por encima del ombligo, hasta el esternón.

Independientemente de la cantidad de estómago que se necesite extirpar, se extraen los ganglios linfáticos próximos al tumor, para valorar si se ha extendido a ellos, o por el contrario, no los ha infiltrado.

Si el tumor se ha extendido localmente, es preciso extraer en la misma intervención aquellos órganos próximos al estómago que hayan sido invadidos. Por ejemplo puede ser preciso extirpar la parte baja del esófago o la primera porción del intestino delgado (duodeno).

Posteriormente, es preciso unir los extremos para poder mantener la continuidad del tubo digestivo y poder alimentarse correctamente. En el caso de una gastrectomía parcial se une el estómago restante con el intestino delgado. Si se ha extraído todo el estómago, se unirá el esófago con el duodeno.

 

 

Radioterapia

 

En el cáncer gástrico, la radioterapia no se emplea como tratamiento exclusivo con intención curativa, ya que las dosis necesarias para destruir el tumor serían elevadas.

La radioterapia es útil en los casos en los que el tumor se ha diseminado a otros órganos y pudiera estar causando algún síntoma que disminuya la calidad de vida (radioterapia paliativa). Con dosis bajas de radiación se pueden mejorar dichos síntomas y aumentar el bienestar del paciente.

Asimismo, se puede emplear asociada a la quimioterapia tras la cirugía para eliminar las células que no se han podido extirpar. En este caso la dosis de radiación tampoco debe alcanzar dosis que pudieran lesionar los órganos más sensibles próximos al tumor.

El tratamiento con radioterapia siempre es individualizado, es decir, cada enfermo tendrá su tratamiento específico y distinto al de otro paciente.

 

 

Quimioterapia

 

Los tumores malignos se caracterizan por estar formados por células transformadas cuyos mecanismos que regulan la división se han alterado, por lo que son capaces de dividirse descontroladamente e invadir y afectar órganos vecinos.

La mayoría de los fármacos que se emplean en el tratamiento quimioterápico están diseñados para poder destruir las células mientras se dividen. Cuanto más rápido se dividen más sensibles son al tratamiento.

Con el tiempo esto se traduce en una disminución o desaparición del tumor maligno.

En algunos casos, en los que el cáncer gástrico no se ha diseminado a otros órganos, pero no es posible operarlo por su extensión local, la quimioterapia puede reducir dicho tumor y facilitar la cirugía posterior.

Asimismo, se puede emplear tras la cirugía asociada a la radioterapia (sin que esta supere una dosis determinada, para no lesionar otras estructuras). El objetivo es eliminar las células que hayan podido quedar en la zona de la cirugía y que no son visibles.


Con frecuencia, la quimioterapia se emplea en aquellos tumores que se han extendido a otros órganos, se utiliza como tratamiento único y su objetivo, fundamental, es disminuir los síntomas derivados del tumor y mejorar la calidad de vida del paciente.

 

 

 


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